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(ca. 1070-1143), nac. en Tudela, a orillas del Ebro (no en Toledo, como se
suponía antes), se trasladó pronto a Córdoba y luego a Granada. Tras un
viaje a Castilla regresó a Andalucía hasta que emprendió la
peregrinación a Tierra Santa. Se ha afirmado que murió en Jerusalén, pero
lo único que se sabe de cierto es que pasó muchos años en Egipto,
especialmente en El Cairo. El pensamiento de es interesante por
dos razones: por estar en la confluencia de las civilizaciones hebrea, árabe y cristiana, y
por representar la posición judía ortodoxa frente a las religiones cristiana y
musulmana, pero también frente al pensamiento filosófico-teológico de
origen griego (ya fuera platonizante, ya aristotelizante). Subrayamos `y' porque las dos razones
-aunque aparentemente contrarias- son igualmente operantes. En efecto, se ha observado con
frecuencia que en la doctrina ortodoxa judía del autor se han infiltrado no pocos
elementos de las mencionadas religiones, así como de la filosofía, particularmente
de las tendencias neoplatónicas tal como fueron elaboradas por Algazali.
La obra principal de es de carácter
apologético: el llamado El Kuzarí o, en su texto árabe original,
Kitab alhuyya wa-l-dalil fi nusr al-din al-dalil, es decir,
Libro de la prueba y del fundamento sobre la defensa de la religión
menospreciada, en cinco discursos. El nombre El Kuzarí se debe a que el
autor presenta en su obra a un rey pagano —el rey de los Kuzares— que quiere conocer la verdadera
religión y que, después de acudir a los filósofos (aristotélicos), a
los cristianos y a los musulmanes, solamente encuentra la verdadera creencia en las fuentes
bíblicas de las que le habían hablado ya los cristianos y musulmanes, pero que
solamente un sabio judío ortodoxo ( ataca
también las sectas heréticas del judaísmo, especialmente a los
caraítas) le revela en toda su verdad e integridad. Dentro del marco de esta
fabulación hace pues, una apología del
judaísmo y de lo que llama «la verdadera revelación». Ahora bien,
no obstante el carácter primordialmente edificante y apologético de la obra, no
faltan en ella, según antes apuntamos, los conceptos teológicos y
filosóficos. Ello se ve en el problema del ser y de los atributos divinos, en su
explicación de la Voluntad de Dios —que es el Verbo de Dios— y en su estudio de la
relación entre la libertad del hombre y la Providencia (que el autor resuelve en el sentido
de la existencia de una armonía). Se advierte inclusive en la parte más
crítica (Discurso quinto), donde muchos conceptos aristotélicos y
neoplatónicos son usados con el fin de combatir las interpretaciones entonces vigentes de
las respectivas filosofías.
es autor también de muchas poesías. Entre
ellas resulta especialmente interesante para conocer el pensamiento religioso del autor el
Himno de la Creación (o Qedusa), que Menéndez y
Pelayo tradujo en La ciencia española (ed. 1931, tomo II). —El
Kuzarí fue traducido al hebreo por Yehudá ibn Tibbón, de Granada.
Del hebreo se tradujo al castellano por el rabino Jacob Abendana (Cuzary, traducido en la
lengua santa por Yeuda Aben Tibon, y traducido del Ebrayco en español y comentado por
Jacob Abendana). De esta última traducción hay una reedición en el
vol. I de la Colección de filósofos españoles y extranjeros: Yehudá
ha-Leví, Diálogo filosófico (Madrid, 1910), a cargo de Bonilla y
San Martín, con apéndice de M. Menéndez y Pelayo. Traducción
latina de Johannes Buxtorf, con comentario de G. Brecher: Basilea, 1660. Edición con
traducción alemana por H. Jolowicz y D. Cassel: Leipzig, 1841-1853, con referencias
bibliográficas; 2.a ed. Cassel, 1869. Textos árabe y hebreo por H. Hirschfeld:
Das Buch Al Chazari: Leipzig, I, 1886; II, 1887.
Véase: D. Kaufmann, Jehuda Halevi. Versuch einer Charakteristik, 1877. —D.
Neumark, Jehuda Halevis Philosophy in Its Principles, 1908. —Emil Berger, Das
Problem der Erkenntnis in der Religionsphilosophie Jehuda Hallewis, 1916. —Moses
König, Die Philosophie des Jehuda Halevi und des Abraham ibn Daud, 1929. —M.
Ventura, Le Kalam et le Péripatétisme d'après le Kuzari, 1934.
—José María Millás y Vallicrosa, Yehudá
ha-Leví como poeta y apologista, 1947. —J. L. Blau, The Story of Jewish
Philosophy, 1962. —I. I. Efros, Studies in Medieval Jewish Philosophy, 1974. —S. T.
Katz, Jewish Philosophers, 1975. —A. L. Motzkin, «On Halevi's Kuzari as
a Platonic Dialogue», Interpretation, 9 (1980), 111-124. —R. Jospe, «Jewish
Particularity from Ha-Levi to Kaplan: Implications for Defining Jewish Philosophy»,
Forum 46/47 (1982), 77-90.
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